El descontento de los vecinos era general: «Ya no podemos salir a
la puerta de la calle, porque el que no está borracho se está
peleando», explica con indignación Isabel, una vecina del barrio.
Asimismo, María y Pilar, dos amigas que viven en el edificio
Rialto, se quejaban de que les habían entrado a robar en sus casas
en dos ocasiones: «Lo único que pedimos es una guardia de seguridad
que ponga un poco de orden en nuestra zona y nos dé más
tranquilidad», coinciden, «además, hay muchas prostitutas y
nuestros hijos están creciendo con ellas al lado».La manifestación
estuvo controlada por un operativo policial que se encargó tanto de
evitar incidentes como de cortar el tráfico por las calles por las
que pasaron los vecinos. Como medida preventiva, agentes de
Comisaría se llevaron durante unos minutos a una persona que
alterada lanzaba gritos provocativos contra los manifestantes.
Además, al término de la marcha y en los alrededores de la Plaza
Julián Verdera,los agentes de Comisaría realizaron varias
identificaciones de personas sospechosas. Después de cerca de una
hora los manifestantes volvieron a la Plaza Verdera, donde se leyó
un manifiesto, en el que se hacía hincapié en la necesidad de una
mayor seguridad y presencia policial. El presidente de la
asociación de vecinos, Bartolomé Roig comentó poco antes de
iniciarse la marcha: «Lo que pedimos es que los vecinos y turistas
puedan discurrir y pasear con toda tranquilidad por el barrio y
disfrutar del entorno».
La marcha, que tenía como lema en catalán: «Por la seguridad y
dignidad de ses Figueretes», se inició a las 19,30 en la plaza
Julián Verdera y recorrió las principales calles del barrio guiada
por la banda de ses Figueretes, en un ambiente festivo y
reivindicativo en el que los vecinos protestaban por la inseguridad
que se vive en sus calles y por la presencia de prostitutas, entre
otros conflictos. La marcha llegó incluso a la ronda de ses
Figueretes donde protagonizó una sentada durante unos cuantos
minutos.
El representante vecinal también señaló que los vecinos se
movilizaban para que hubiera una respuesta política y policial
eficaz que sirviera para resolver los problemas del barrio. En este
sentido, indicó que los vecinos prefieren contar con presencia
policial permanente y no con tantos dispositivos puntuales, como
ocurrió meses atrás con agentes antidisturbios. Roig, por ello,
reivindicó la figura del policía de barrio. «Algo que no sabemos
por qué se quitó de la noche a la mañana», comentó. La
manifestación ha tenido lugar un día después de que el comisario de
Eivissa , Àngel Marí, y la delegada del gobierno en Eivissa,
Marienna Sánchez-Jáuregui, dedicasen una jornada a pasear por el
barrio para comprobar la inseguridad de las calles.
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