El ex agente de seguros se sentó en el banquillo con la otra denunciada, que luego quedo exculpada. Foto:V.F.
La propia compañía afectada, Winterthur, descubrió las irregularidades en Eivissa. Un perjudicado se presentó en sus oficinas con una póliza anulada, quejándose de que no podía contactar con el acusado para el cobro de los altos intereses prometidos. Tras ello, la firma de seguros descubrió más estafas cometidas, denunció los hechos y publicó anuncios para informar de lo ocurrido. El sospechoso ofrecía falsas pólizas de planes de jubilación, entregando a sus víctimas meras fotocopias de pólizas anuladas o bien firmando recibos falsificados de la compañía contra la entrega de importantes cantidades de dinero, según la denuncia que cursó en su día la aseguradora afectada. En algún caso el sospechoso llegó a obtener hasta 22 millones de pesetas de un mismo cliente, según esta misma versión. La investigación determinó que se expedían ejemplares de pólizas de jubilación que se entregaban a sus víctimas e inmediatamente se anulaban frente a la compañía. En otras ocasiones entregaban simples solicitudes de contratación de seguro, que después no se cursaban, o meros recibos de cantidad quedándose con un dinero que no se daba a la compañía. Todas las operaciones se hacían ofreciendo unos altísimos intereses.
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