La gran cantidad de atropellos que se registran en la carretera Eivissa-Sant Antoni ha despertado la alarma en el Gobierno del Reino Unido.

J. M. ALONSO - S. DEBELIUS

La peligrosidad de esta carretera ha llegado a oídos del jefe de Gobierno del Reino Unido por boca del parlamentario Mark Tami, que a petición de los padres de un joven que murió el verano pasado atropellado en esta carretera, David Holloway, ha decidido tomar cartas en el asunto. Tami dijo recientemente que quiere llevar el caso del joven Holloway, que tenía 17 años cuando falleció, al Tribunal Europeo.

Ayer, Tami dijo a este diario que «el señor Tony Blair se ha interesado por este problema y quiere saber cuáles son las obras que se deben llevar a cabo para mejorar el estado de esta carretera, en la que en los últimos años han muerto atropellados 32 jóvenes del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte». Tami aludió a esta cuestión en la sesión del Parlamento británico del pasado martes y el gobierno de Blair, que se mostró «preocupado», decidió ponerse en contacto con las autoridades españolas. Lo cierto es que esta carretera está mal pavimentada, mal pintada, mal iluminada, no dispone de un arcén suficientemente ancho en todo su trazado, la situación de los bolardos que señalan las isletas es muy peligrosa y no hay pasos elevados para poder cruzar con seguridad, lo cual es muy relevante teniendo en cuenta que un tramo de esta ruta se encuentran dos de las discotecas más grandes del mundo y que algunas noches llegan a congregar, entre las dos, a unas 20.000 personas.

Tami quiso ayer dejar muy claro que el Gobierno británico no busca un enfrentamiento con las autoridades españolas. «Eivissa es muy popular en nuestro país, queremos seguir manteniendo un buen contacto con la isla y que la imagen de Eivissa en nuestro país sea positiva». No obstante, los británicos pedirán a las autoridades españolas «un esfuerzo» para resolver el problema.

Además de realizar esta propuesta en la Cámara de los Comunes, el Gobierno británico expresará formalmente sus inquietudes en la Embajada de España en Londres.