Vendedores ambulantes en Sant Antoni, la localidad de la isla en la que más se realiza este tipo de ilegalidad.

El colectivo senegalés está estudiando una serie de medidas encaminadas a conseguir que se legalice la venta ambulante en Eivissa o, en su defecto, a que se amplíe el número de puestos de venta en los mercadillos de la isla. Si no es posible aumentar el número de plazas en los mercados existentes, el colectivo senegalés considera que es necesario crear un nuevo mercadillo en el que puedan instalarse.

Los senegaleses se reunieron el pasado sábado con representantes del sindicato CC. OO. en Eivissa y con la portavoz de la Plataforma por la Convivencia, Carmen Duarte, que ayer explicó que este colectivo ha postergado la idea de realizar una manifestación de protesta para más adelante, en caso de que no consigan sus reivindicaciones, una seria posibilidad.

En primer lugar, el colectivo senegalés pedirá audiencia a las principales instituciones, tanto insulares como municipales, sin olvidar a la Iglesia católica, dijo Duarte, con quien dice tener buenas relaciones.

Según la portavoz de la Plataforma por la Convivencia, los senegaleses están discriminados desde el punto de vista laboral a consecuencia de su raza, ya que aun teniendo permiso de residencia y de trabajo buscan empleo y no lo encuentran, «por lo que sólo les queda la venta ambulante». «Sabemos que la venta ambulante es ilegal», aclaró Carmen, «pero no lo es en los mercadillos y lo cierto es que en los que ya existen en la actualidad puede haber más plazas».

Lo cierto es que muchos centenares de inmigrantes, senegaleses entre ellos, llegan a Eivissa durante la temporada turística para trabajar en la hostelería o en la venta ambulante. El problema es que muchos de estos inmigrantes han entrado ilegalmente en el país y, por tanto, no pueden trabajar legalmente. Según Duarte, existe «mala propaganda» en torno al colectivo senegalés porque «mucha gente asocia la venta ambulante con la venta de drogas, porque ambas actividades son ilegales, pero lo que pasa es que éste es un colectivo desconocido para la gran mayoría, por eso hay que darlo a conocer».

Además, Duarte dijo que los puestos en los mercadillos siempre se los acaban concediendo a «argentinos y uruguayos, ya que son colectivos que llevan más tiempo». También denunció que «sólo hay un negro vendiendo en los mercadillos y es al primero que quitan».