Francisco Moreno Muñoz fue juzgado por un jurado que se reunió en Palma.

El fallo se ha producido después de que el propio acusado, que hasta el día del juicio había negado cualquier responsabilidad en la muerte de El Antón', también conocido como 'El Torete', reconociera no sólo haber estado con la víctima en el lugar donde se produjo el deceso sino también haber dado un «empujón» a la silla del minusválido. Según su testimonio, todo ocurrió después de que ambos se enzarzaran en una pelea al sentirse Francisco Moreno estafado después de que la víctima no quisiera pagarle un supuesto favor sexual. Moreno Muñoz, ligado con lazos de parentesco a la víctima y hermano de Manuel Moreno, el hombre que mató a la kiosquera de la Marina Llúcia Ferragut el 16 diciembre de 1998, se descolgó en el juicio diciendo que la riña concluyó con el citado «empujón» tras haber accedido a masturbar a 'El Antón' y éste, tras negarse a pagarle, le pidiera que se subiera encima de la silla para poder penetrarle. Una persona que cuidaba al minusválido, sin embargo, afirmó tajantemente en el juicio que la víctima no tenía ninguna inclinación homosexual. El tribunal, de igual modo, ha impuesto al acusado la obligación de compensar a la familia de 'El Antón', una familia con cinco hermanos, con una indemnización de 6.000 euros. El fiscal pidió al conocer el veredicto una pena de 17 años. En sus conclusiones retiró la acusación por hurto por el que fue procesado al no poder demostrarse que la víctima llevara encima 180 euros. El robo, sin embargo, fue el móvil más probable que barajó la policía para explicar por qué Francisco Moreno tiró por el acantilado a 'El Antón'.

La crónica judicial recordará el caso del asesinato de 'El Antón' porque la presidenta del tribunal, Margarita Beltrán, expulsó a uno de los miembros del jurado después de que se le sorprendiera entrando en la Audiencia Provincial con droga. En concreto, dicha persona, un joven de 25 años de Mallorca, llevaba diez gramos de hachís en un paquete de tabaco. Al parecer, él mismo confesó que llevaba encima el hachís para fumarse la droga en el hotel porque le habían informado que iba a estar incomunicado.