La juez de lo Penal del Juzgado número 2 de Eivissa dejó ayer visto
para sentencia el caso del cirujano A. A. U., que operó la rodilla
izquierda de Josefa Ribas Riera cuando, según la afectada, debía
haber operado la derecha.
La defensa del cirujano concluyó el alegato en favor de su
cliente diciendo que éste «operó ¿equivocadamente?, tal vez sí, una
pierna enferma». Es decir, que aunque lo prescrito era operar la
izquierda, la derecha también estaba necesitada de la misma
intervención. Sería por tanto «un error que no genera daño».
«El elemento fundamental», terminó el abogado defensor, «es el
lesivo (...) y si no hay daño no hay responsabilidad».
Para el fiscal «ha quedado probado que se equivocó, como todos
nos podemos equivocar, pero no se equivocó fortuitamente, sino que
no se leyó la historia clínica, operó la rodilla derecha y aún no
sabemos por qué (...) Así lo denuncia Josefa y no creemos que lo
haga por capricho o por hacer daño al cirujano».
Josefa entró al quirófano de la Policlínica Nuestra Señora del
Rosario en el que operaba A. A. U. el pasado 9 de mayo de 2000 y,
según su testimonio, salió con la venda en la rodilla equivocada.
El cirujano dice que, antes de comenzar la operación, le comunicó a
Josefa sus intenciones. Ella lo niega. El caso es que no hay ningún
papel firmado que demuestre esta circunstancia y, en este sentido,
el argumento del fiscal es rotundo: «Operó sin su
consentimiento».
Ante esta situación, los abogados de la afectada y del cirujano
ya pactaron una indemnización económica de 42.000 euros.
Pero el representante del Ministerio Fiscal no se conforma con
esto y ayer pidió a la jueza que castigue al cirujano «por un
delito de imprudencia profesional grave con resultado de
lesiones».
El fiscal pide para el médico dos años y medio de inhabilitación
profesional y 15 fines de semana y medio de reclusión.
El fiscal añadió que no presentará la acusación de
«falsificación para no hacer más sangre». Se refiere al hecho -que
según el fiscal ha sido reconocido por el propio acusado- de
convertir la I (izquierda) en D (derecha), una vez que operó la
rodilla supuestamente equivocada. Al parecer, el cirujano añadió
los trazos necesarios para convertir la I en D. Dos grafólogos del
Cuerpo Nacional de Policía consideraron que, efectivamente, la I
del parte médico había sido modificada.
La operación que ha sentado en el banquillo a A. A. U. es una
astroscopia diagnóstica seguida de una limpieza de menisco.
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