El ministro de Defensa, Federico Trillo-Figueroa, aseguró ayer que no dimitirá del cargo como consecuencia del accidente que costó la vida a 62 militares españoles el pasado lunes en Turquía, ya que considerar que su obligación es «aclarar todo lo ocurrido» entorno al siniestro. Si dimitir «pudiera devolver la vida a cualquiera de los 62, no tenga la menor duda de que lo hubiera hecho ya rotundamente», sentenció. Y añadió: «Mi obligación es aclarar todo lo ocurrido, investigar todas las responsabilidades y asumir sus consecuencias cuando la investigación haya concluido». Trillo piensa que presentar su dimisión «sería lo más fácil».

Asimismo, el titular de Defensa prepara un informe del Estado Mayor de Defensa en el que se fije el «papel» de Namsa, el propio Estado Mayor y el Ministerio de Defensa en el alquiler del avión siniestrado. Por su parte, el presidente del Gobierno, José María Aznar, aseguró que es la Alianza Atlántica y no el Gobierno quien fija los elementos de contratación de los aviones empleados por el Ejército. Además, reclamó «prudencia» y esperar al fin de la investigación antes de hablar de las causas del accidente de Turquía. «La Alianza», explicó, «hace un concurso todos los años en el que establece una serie de características y especificaciones para aviones de transporte. Hay aviones que concursan y la Alianza acepta esos concursos, establece las condiciones, lo comunica a los Estados de la Alianza y los Estados miembros utilizan y contratan esos vuelos». Aznar garantizó que Trillo-Figueroa dará explicaciones.