El personal de emergencias que intervino en el rescate necesitó cerca de una hora y media para liberar a las víctimas.

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La responsable del juzgado de lo penal número 1 de Eivissa, Clara Ramírez de Arellano, deberá decidir si por un presunto "pique" entre dos jóvenes conductores en la carretera de Sant Antoni en abril de 2001 que acabó fatalmente para uno de ellos, puede acarrear responsabilidades penales para el otro chico, caso por el que se pide hasta un año de cárcel y la privación del derecho a conducir durante dos años.

El conductor supuestamente implicado en el accidente, que se enfrenta a una acusación de imprudencia con resultado de lesiones, negó ayer en su juicio que estuviera haciendo «carreras» con el otro vehículo. Es más, afirmó que su presencia en la carretera cuando ocurrió todo fue circunstancial y que él solo vio por el espejo retrovisor, tras rebasar a otro coche distinto al siniestrado, cómo se producía «una gran polvareda». «No hacía carreras con nadie. Vi lo que me pareció un accidente y decidí dar la vuelta tal y como me habían enseñado en Cruz Roja. Era mi obligación. Yo mismo avisé a la Guardia Civil», manifestó.

Antonio Escandell Ferrer, de 21 años, perdió la vida en el hospital pocos días después de que el Ford Escort que en la madrugada del 8 de abril de 2001 se saliera de la carretera y se estrellara contra una valla publicitaria. Los equipos de rescate tardaron más de una hora en poder liberarle de entre los hierros. Su acompañante también resultó herido de gravedad. «No nos dio tiempo ni a frenar», comentó en el juicio.