Las islas de Eivissa y Formentera, a pesar de los destrozos en el
puerto deportivo de Sant Antoni y del yate hundido en Santa
Eulària, son las que menos han sufrido el maremoto del pasado
miércoles, consideró ayer el conseller balear de Interior, Josep
Maria Costa.
No obstante, la bahía de Portmany, en Sant Antoni, es -junto con
las localidades de Porto Cristo y Pollença, en Mallorca, y Maó y
Ciutadella, en Menorca- donde mayor incidencia tuvieron los
tsunamis que elevaron considerablemente el nivel del mar.
Una quincena de embarcaciones sufrieron daños en el puerto de
Sant Antoni y dos yates, uno de ellos de casi 15 metros de eslora,
se hundieron en el de Santa Eulària. En el puerto de Sant Antoni el
agua removió varios vehículos e inundó las calles adyacentes y los
bajos comerciales más cercanos.
En Maó cerca de 70 embarcaciones quedaron dañadas, una cifra
similar a la que suman los puertos mallorquines de Pollença y Porto
Cristo.
En el puerto de la capital ibicenca el nivel del agua se elevó
entre 120 y 160 centímetros, informó ayer la Autoritat Potuària de
Balears, pero no hubo que lamentar ningún desperfecto a excepción
del hundimiento de un pequeño bote remolcador en Marina Botafoch y
algún que otro amarre deteriorado en Ibiza Nueva. En el puerto de
Formentera, La Savina, las instalaciones tampoco sufrieron las
bruscas bajadas y subidas del nivel del mar, aunque sí que se
registraron roces entre las embarcaciones atracadas en ese momento
y saltó alguna cornamusa.
Las Pitiüses quedaron bien paradas a pesar de ser las más
cercanas al epicentro del temblor.
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