8M

8M en Ibiza: Un feminismo unido contra los «tentáculos» del fascismo

Cerca de 1.000 personas se manifiestan en Ibiza, con motivo de este 8M, por una justicia feminista, la derogación de la Ley de Extranjería y contra los discursos de odio

La manifestación en la isla de Ibiza. | Vanessa Hernández

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Una gran ola de feminismo volvió a llenar ayer de morado las calles de Ibiza, como cada 8M, con un clamor unánime por la igualdad entre hombres y mujeres, contra la violencia de género y contra los ataques fascistas, misóginos, racistas y capitalistas. Desde las 17:00 horas, las asociaciones feministas de Ibiza se unieron una vez más para dar voz al Día Internacional de la Mujer. Una jornada que este año, bajo el lema 'El feminismo será antifascista o no será', empezó a sumar participación en la plaza de Julià Verdera, en el paseo de Figueretes, con la elaboración de pancartas contra los «largos tentáculo del fascismo en todos los ámbitos de la vida». En este sentido desde la Comisión del 8M explicaron que estos «tentáculos» se pueden observar en el ámbito judicial con juicios por violaciones «donde se acaba cuestionando y juzgando a las víctimas» o en las redes sociales, donde, según indicaron, se permiten discursos de odio que «atentan directamente contra la dignidad y la integridad de las personas, especialmente de las mujeres y minorías».

Una vez finalizaron estos carteles, cerca de 1.000 personas, muchas de ellas mujeres jóvenes, empezaron a recorrer las calles de Ibiza alzando la voz durante esta multitudinaria manifestación. Durante la marcha, también alzaron estas pancartas moradas en las que se podían leer varias consignas revolucionarias y empoderadas. Entre ellas, ‘Una se vuelve feminista con su propia historia», «Mujeres valientes e independientes», «Con ropa o sin ropa, mi cuerpo no se toca», «Sin Hermione, Harry habría muerto», «Nunca te disculpes por ser una mujer poderosa», «Somos el grito y el corazón de las que ya no están», «Os cansa escucharlo y a nosotras repetirlo» o «Lucha aunque lo tengas todo por las que no tienen nada». En este sentido, Graciela Masiano, una de las integrantes de la Comisión 8M, y portavoz de la Plataforma Pensionista Pitiusa, destacó a Periódico de Ibiza y Formentera la importancia de exigir la derogación de la Ley de Extranjería porque, según denunció, esta ley condena a las personas migrantes a la precariedad y dificulta el acceso a derechos básicos como son la salud, la educación o la vivienda.

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Muchas fueron las pancartas de rechazo a las acciones contra las mujeres migrantes y también contra el antifeminismo, el patriarcado, el fascismo y sus múltiples violencias. Proclamas que acompañaron con varios gritos coreados con fuerza, como, por ejemplo, «Hasta el culo de tanto machirulo, «Paco, fascista, tu hija es feminista», «Visca visca visca, la lluita feminista» o «De Norte a Sur, de Este a Oeste, el feminismo avanza cueste lo que cueste». De esta manera, los manifestantes recorrieron, a ritmo de batucada, la calle País Basc, la Avenida de España, la calle Ignasi Wallis, la Avenida Isidor Macabich, la calle Bisbe Abad y Lasierra hasta llegar, finalmente, a la Placça Antoni Albert i Nieto donde la poeta ibicenca Jèssica Ferrer Escandell leyó el manifiesto con motivo del 8M. Este escrito se centró en denunciar todos los ataques «que nos señalan a muchas de nosotras directamente, ya sea por nuestro compromiso feminista, por nuestras militancias ecologistas o sindicales».

Manifiesto

El manifiesto dejó claro que la resistencia por sí sola ya no es suficiente. «En los últimos meses hemos visto cómo se han agravado los ataques racistas que precarizan todavía más nuestras vidas. Ataques que nos señalan por nuestro origen o por haber migrado, nos señalan y persiguen por nuestras disidencias en materia de orientación sexual, de expresión de género o de identidad», proseguía el escrito. En esta línea, el movimiento feminista de Ibiza denunció que el fascismo «quiere borrar los nombres y las luchas de nuestras predecesoras». «Los discursos de odio son altavoces mediáticos que, sencillamente, mienten cuando hablan de denuncias falsas, de chiringuitos feministas, de supuestas paguitas por extranjeros. El fascismo tiene tentáculos largos que se extienden a nuestros barrios, donde vecinas y familias, muchas de ellas con niños, son desahuciadas o terminan viviendo en tiendas de campaña o en coches porque, sencillamente, el derecho a la vivienda es vulnerado sistemáticamente», destacó el manifiesto, resaltando que los feminismos tienen detrás una larga historia de resiliencia y organización contra la que no habrá ataque fascista posible. «A lo largo de la historia nos hemos organizado para conseguir derechos básicos: poder divorciarnos, poder abortar, poder trabajar fuera de casa o el acceso a una educación sexual integral. El fascismo apela al miedo y a la desconfianza, pero los feminismos, en cambio, apelan a la distribución de riqueza, a una vida libre de violencias e injusticias y llena de solidaridad, apoyo mutuo, empatía y resiliencia», precisó Jèssica Ferrer.

En esta línea, destacó la necesidad de impugnar la Ley de Extranjería, la justicia patriarcal, la pobreza habitacional, las violencias sexuales, los discursos antifeministas para poder poner la vida en el centro y construir un horizonte de vida y justicia. «El frente unido antifascista a nivel mundial depende de las mujeres. En medio del miedo y la desilusión de este sistema roto y en medio del ataque y la violencia, las mujeres, las identidades disidentes, no somos sólo participantes ni observadora, sino que somos las que vamos a construir una nueva sociedad más justa», concluyó el manifiesto.