Un vendedor de muebles que trabajó para una empresa afincada en
Eivissa se enfrenta a tres años de prisión después de que haya sido
acusado de un presunto delito de apropiación continuada tras
considerarse que se quedó irregularmente con una cantidad cercana a
los 15.600 euros (cerca de 2.600.000 pesetas).Dicha pena es
solicitada tanto por la acusación particular personada en el caso
como por el ministerio público.
El sospechoso, que fue juzgado ayer, alegó durante la vista que
dicho dinero le pertenecía en concepto de las comisiones que debía
de cobrar después de que hubiera conseguido en pocos meses ventas
por un importe cercano a los 60 millones de pesetas.
Un representante de la empresa,que consideró extremadamente
elevada la cantidad de venta aducida por el acusado, por contra,
aseguró que el «desfalco» quedó al descubierto al cuadrar la
cuentas y que las cantidades «retenidas», supuestamente de manera
irregular, por el ex empleado no estaban justificadas en ningún
tipo de acuerdo al que hubieran llegado anteriormente la empresa y
el trabajador. Asimismo explicó que el empleado estuvo un tiempo en
«prácticas» y necesitó de la ayuda de otros vendedores para poder
cerrar las operaciones .
El acusado manifestó en el juicio que los papeles que
acreditaban el volumen de sus ventas estaban entre los enseres que
guardaba en la oficina, enseres que, según su versión, no pudo
retirar al encontrarse de pronto con el despido.
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