«Sin haber hecho nada estoy preso, estoy golpeado y estoy
arruinado. Nunca antes me había pasado nada ni había tenido
problemas con un juzgado. Sólo espero que se haga justicia
conmigo».
Este fue el alegato final de Manuel Alcibíades R. Ch., el único
de los cuatro ecuatorianos sobre el que pesa algún cargo después de
que todos ellos, detenidos por la policía el pasado mes de enero
tras implicarles una mujer un atraco a mano armada en ses
Figueretes y quienes tras cinco días de arresto decidieron
denunciar haber sido víctimas de malos tratos , fueran ayer
juzgados.
Todos saldrán absueltos de robo después de que el fiscal
retirara la acusación ante la falta de pruebas, circunstancia que
se aunó a la ausencia de la presunta víctima. El ministerio
público, sin embargo, optó por mantener la acusación por un delito
de lesiones contra Manuel Alcibíades R. Ch. y pedirle una pena de
dos años y seis mese al entender que cortó en una mano a la
denunciante.
«Eso no es cierto. Ninguno llevamos cuchillo. A esa mujer la
conocía porque me hizo un día una proposición sexual», explicó.
Los cuatro acusados, todos ellos 'ilegales' y dos de los cuales
presentaron la denuncia contra Comisaría, explicaron que fueron
víctimas de una trampa después de que la denunciante se abalanzara
sobre el coche en el que iban diciéndoles que estaban asaltando a
un compatriota suyo. «Al salir nos vimos de pronto rodeados por
seis magrebíes. Nos pararon para hacernos robar», declararon. Según
la defensa, además, la herida pudo ser causada involuntariamente
por una cédula que llevaba en la mano Manuel Alcíbiades R.Ch.
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