Francisco Javier R.C., condenado en 1999 en Mallorca por un
jurado popular por hacerse pasar por un guardia civil para abusar
de una mujer, se confesó ayer culpable de otros tres delitos de
agresión sexual, vejaciones y abuso sexual. El hombre, de 35 años,
evitó el juicio al confesarse culpable y aceptó una pena de un año
de prisión.
El primer suceso ocurrió el 14 de diciembre de 1998 en una
tienda de teléfonos móviles de Felanitx. Francisco, monitor
deportivo de profesión, convenció a una dependienta de 20 años de
que era guardia civil y que fingiera ser su novia para poder
besarla. Acto seguido, el individuo la colocó contra una pared, la
cacheó y le tocó pechos y glúteos.
Dieciseis días después, en esta ocasión en la carretera de Artà,
hizo señales a una chica de 19 años para que se parara. Le dijo que
él era policía y con esta excusa la cacheó desde las piernas hasta
la cintura.
Al día siguiente, el acusado se presentó en el domicilio de una
mujer de 34 años. Una vez dentro, el acusado interrogó a la mujer,
pero acto seguido le tocó los pechos. Cuando la víctima mostró su
resistencia, el acusado le sujetó las manos en la espalda y acto
seguido sacó una pistola y obligó a la mujer a desnudarse.
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