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«En el presente caso, si bien no concurren circunstancias atenuantes no agravantes sí hay que tener en cuenta la situación de la pareja, que dicen quererse mucho, aunque ambos tienen miedo de esa relación. La denunciante reconoce haber propinado también golpes al acusado. Reconoce haber denunciado también tanto a otra pareja sentimental que tuvo como a su ex marido, lo cual indica ya lo difícil que para ella debe ser convivir».

Así explica la responsable del Juzgado de lo Penal número 2 de Eivissa, la juez Martina Rodríguez, parte de la naturaleza de una tormentosa relación que soporta una pareja de Sant Antoni y cuyo hombre ha sido condenado finalmente a diez meses de cárcel por un delito de maltrato físico y psíquico. Éste tampoco podrá ir durante igual tiempo a Sant Antoni.

«Los insultos y las agresiones mutuas son continuas, lo cual si bien no puede servir para amparar la conducta del acusado si deberá tenerse en cuenta a la hora de imponer la pena», precisa la juez en su sentencia. «Es una relación plagada de conflictos desde sus inicios», se añade, valorando, además, la situación de consumo de estupefacientes de la pareja sus problemas económicos. El acusado, vecino en noviembre pasado de los apartamentos 'Pimar', en la bahía de Sant Antoni, se jugaba tres años después de que la semana pasada fuera juzgado tras un último capítulo de violencia ocurrido después de que él irrumpiera en la casa donde la pareja convivía y la emprendiera a insultos con la mujer y concluyera a golpes con el mobiliario. El fiscal pedía esta pena después de se tuviera conocimiento de otros dos casos violentos, uno zanjado en un bar con un puñetazo en la cara de la mujer. La víctima perdonó en el juicio de todo al acusado.