La paciente fue atendida en un consulta de Es Viver y allí se le descubrió un bulto en el pecho.

Las acciones legales emprendidas por la familia de una mujer de 50 años, madre de cinco hijos, que falleció en Eivissa a causa de un cáncer de mama llevaron ayer al banquillo de los acusados, en un nuevo caso de presunta negligencia médica en Eivissa, a un facultativo de Es Viver.

La acusación particular, al concluir la vista, pidió una multa para la acusada y una indemnización de 75 millones de pesetas, de la que se hace también responsable al IB-Salut, al entender que todo se hubiera podido evitar si se hubiera practicado a la paciente una biopsia conforme a lo que está establecido en los protocolos médicos, según su interpretación. Además, mostró su sorpresa porque no se hubiera desviado a la enferma enseguida a un ginecólogo.

La doctora afectada por esta causa también fue enferma de cáncer de mama y en el juicio manifestó que «conocedora de la angustia de las mujeres» intentó como en otras ocasiones acelerar los trámites para obtener los resultados. La paciente fue atendida en Es Viver en junio de 1998, lugar donde la ayer acusada ordenó que se le practicaran pruebas médicas en radiología encaminadas a aclarar la naturaleza de un pequeño bulto que presentaba la mujer en su mama derecha. Ninguna de las exploraciones que se practicaron, incluida una punción, sirvieron para dar un diagnóstico concluyente. Los médicos que siguieron la evolución de la paciente, que no pudo asistir a una prueba posterior (repetida cuatro meses después) no pudieron apreciar hasta abril del 99 que se estaba ante el tipo más corriente de cáncer de mama.

Los médicos y forenses que testificaron ayer no se pusieron de acuerdo en definir si la biopsia era preceptiva.

El fiscal pidió la absolución al considerar que se había actuado correctamente y sin responsabilidades penales achacables mientras la acusación particular modificó la calificación de delito por imprudencia grave por la final de falta por imprudencia leve.