TW
0

La juez del Juzgado de lo Penal número 6 de Palma, Begoña Guardo Laso, ha condenado a duras penas de prisión a los tres hombres que el pasado verano asaltaron tres entidades bancarias de Mallorca, que atracaron en la misma semana, y parte de cuyo botín dilapidaron en Eivissa.

La juez impone penas que suman, en total, 25 años de prisión. Los condenados son J.C.G.A, J.P.C y A.M.O Los dos primeros son naturales del País Vasco, mientras que el tercer acusado nació en Santander. G.A cumplirá nueve años y ocho meses de prisión como autor de dos delitos de robo consumados y otro en grado de tentativa. P.C ha sido condenado a ocho años y medio de prisión, mientras que el tercer acusado, M.O, cumplirá siete años de cárcel.

La sentencia apunta que los tres acusados se instalaron en Mallorca el pasado mes de agosto. P., antes de cometer los asaltos, compró en Palma dos pistolas de aire comprimido calibre 4.5. Dos de ellos cometían el asalto, pero el tercero estaba al corriente de ello.

El primer asalto se realizó el día 20 de agosto en la sucursal de «Sa Nostra» situada en la zona turística de Santa Ponça. J.C.G y J.P fueron los atracadores. El primero portaba una peluca y unas gafas grandes para ocultar su rostro, así como un guante de goma transparente en una de sus manos y una mochila. También portaba oculta bajo la ropa una pistola de la que era visible su empuñadura. Los delincuentes obtuvieron 72.830 euros.

El siguiente asalto se realizó tres días en la oficina de la Banca March de Calvià. De nuevo con sus rostros ocultos, los asaltantes se llevaron 19 mil euros, 360 libras esterlinas y cheques de viaje.

El tercer asalto se realizó el día 27 y actuaron los dos mismos acusados, que atracaron la oficina de Bancaja de s'Arenal. Los dos iban disfrazados. Uno de ellos apuntó con el arma de fogueo al interventor de la oficina, exigiéndole el dinero. Tras apoderarse del botín los dos se dieron a la fuga. Se montaron en el ciclomotor que tenían en la calle. Sin embargo, detrás de ellos salieron en su persecución el interventor y un cliente, que lograron darles alcance. Ello motivó que se estrellaran con la moto y cayeran al suelo. J. salió corriendo, no así J.C que fue detenido. Al día siguiente se detuvo a los otros dos acusados cuando pretendían marcharse en avión a Madrid.