El azar provoca, en ocasiones, rocambolescas situaciones. Tal es el caso del velero matriculado en Marsella «Fol III», el cual embarrancó en diciembre de 2001 en Platja d'en Bossa tras un temporal de viento que azotó las Pitiüses en la madrugada del día 15 de aquel mes.

Hasta tres personas llegaron a efectuar unos partes de hallazgo al declarar haber descubierto el barco para así poder hacerse con él. Todas estas notificaciones se produjeron en los días inmediatamente posteriores a que el velero quedara varado sobre la arena.

Ya en enero, las autoridades consideraron que dichos partes eran simples avistamientos del barco ya en la playa, pero la historia del «Fol III» escondía aún una carambola difícil de predecir.

Una llamada de la Comisaría conjunta de Camfranc, Somport y Urdos (situada en Huesca) reclamó a la Comandancia Militar de Marina de Eivissa información sobre dicho velero, al existir la sospecha de que podría tratarse de una embarcación sustraída a un ciudadano francés.

Ante todo lo que estaba ocurriendo en torno al «Fol III», se dictó un auto judicial para garantizar la retención de dicha embarcación, que en el mes de febrero de 2002 aún continuaba reposando sobre la arena de Platja d'en Bossa a pocos metros de la orilla. Por aquel entonces, el velero ya había sido desvalijado en parte y presentaba diversos daños.

No fue hasta el mes de marzo cuando el barco fue recuperado de la playa por medios mecánicos para ser depositado a continuación apoyado contra un pino. Actualmente, el velero «Fol III» hace las funciones de reclamo publicitario para un conocido local de Platja d'en Bossa, mientras, según fuentes consultadas por este periódico, la Guardia Civil asegura que el mismo se había convertido en improvisada residencia de algunos inmigrantes en dicha zona, además de haber perdido ya completamente el motor y diversos aparejos, por lo que su recuperación para la navegación sería sumamente costosa.

Hasta el momento, el «Fol III» continúa esperando a que se decida sobre su futuro, mientras sus tiempos como velero han pasado a convertirse en simple anuncio publicitario.