Pasadas las dos de la madrugada los vecinos del edificio
escucharon gritos procedentes de uno de los pisos. Uno de los
residentes vio cómo la puerta de aquella casa era derribada a
golpes y poco después el inmueble quedó envuelto en llamas. Según
parece, el dueño tuvo un ataque de histeria cuando encontró a su
esposa con otro hombre y comenzó a rociar las dependencias con un
líquido inflamable, presumiblemente gasolina.
El matrimonio y el tercero en discordia pudieron escapar antes
de que las llamas se extendieran y a continuación el pánico cundió
entre los vecinos. Una densa nube de humo negro invadió la
escalera, pero ninguno de los inquilinos resultó intoxicado. Varias
dotaciones de los bomberos trabajaron hasta las 03,45 horas, cuando
la situación se dio por controlada, y la Policía Judicial se hizo
cargo de la investigación.
Los agentes tomaron declaración a varios residentes, quienes
explicaron que el dueño del apartamento se enfureció al encontrar a
su mujer con el «amigo» y tras discutir acaloradamente con ellos
prendió fuego. El piso, que es que reducidas dimensiones, quedó
prácticamente destruido por el efecto devastador de las llamas y
ayer por la mañana permanecía abierto.
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