Los hechos que se enjuician ocurrieron en una nave de efectos náuticos del polígono de Can Bufí.

Los efectos sobre los que hay que dilucidar si fueron sustraídos de una nave o encontrados junto a ella por los agentes el 17 de agosto de 2001 cuando una cámara de seguridad del polígono de Can Bufí grababa el coche que patrullaban los dos policías tienen un valor inferior a 300 euros. Ello ha motivado finalmente que el caso no alcance la categoría de delito y tenga que verse en un juicio de faltas, tal y como establece la ley. Esta circunstancia rebaja mucho las penas que pueden recaer en los agentes si el juez no se cree su versión, sobre todo comparado con lo que podría ocurrir si se califican los hechos de delito.

Los dos policías, que hasta ahora siempre han mantenido su inocencia, han declarado hasta ahora en Comisaría y en el juzgado que ambos recogieron dos trajes y un globo de submarinismo abandonados, al parecer en una papelera, junto a una nave que descubrieron abierta. Según su versión, todo ello ocurrió al despertar sus dudas un motorista que consideraron sospechoso y al que minutos después intentaron localizar en la zona.

La investigación, sin embargo, se inició después de que el propietario denunciara la falta de los efectos y el Cuerpo Nacional de Policía visionara una cinta de vídeo en la que apareció junto a la nave, sin que pudiera verse más, la furgoneta del cuerpo municipal durante la noche del robo. Tras ello, los policías, que nunca estuvieron detenidos, tuvieron que dar explicaciones en Comisaría a la vez que se informaba al juzgado y al Ayuntamiento.