En la sexta sesión del juicio, Capdevila explicó que intentaron
pagar el dinero exigido en «unas 10 ó 12 ocasiones», pero los
secuestradores nunca se presentaron a las citas concertadas. Por su
parte, el padre de Maria Àngels, Tomàs Feliu de Cendra, señaló en
su declaración que los secuestradores «conocían bien el oficio de
raptar a una joven pero no tenían aprendida la manera de cambiar la
víctima por el dinero; eso no lo habían estudiado». Tomàs Feliu
reconoció que hubiera pagado «cualquier cosa, lo que hubieran
pedido».
«Estábamos preparados para pagar, porque yo sólo pensaba en mi
hija, que no sabía dónde estaba, y en sus tres niños», remarcó el
testigo. También declaró en la sesión de ayer el ex marido de la
farmacéutica, Francesc Pérez Acedo, quien explicó que no había
negociado directamente con los secuestradores y protagonizó el
momento más emotivo de la vista. Con voz temblorosa, consideró
«horrible» el estado de su mujer el día de su liberación, el 27 de
marzo de 1994.
Asimismo, compareció como testigo una amiga de Maria Àngels,
Carme Colom, a quien los secuestradores enviaron una cinta con la
voz de la farmacéutica. Durante la sesión celebrada en la Audiencia
de Girona, que finalizó poco después de las 11,35 horas, los
testigos no tuvieron confrontación visual con los ocho acusados,
que siguieron la vista desde una sala anexa.
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