José Marí fue ayudado a bajar del Illes Pitiüses por el personal de Salvamento Marítimo. Foto: KIKE TABERNER

Los cuatro tripulantes de la avioneta Piper Cherokee (EC- SC6I) del Real Aeroclub Ibiza-Formentera, entre los que se encontraba uno de los hijos de José Marí Juan, el vecino de Cala Boix de 67 años que salió de es Pou des Lleó el pasado domingo para pescar calamares en Tagomago y cuya desaparición fue denunciada un día después, divisaron su llaüt de cuatro metros de eslora a 45 millas al sureste de Eivissa. Su barco estaba a merced de la olas tras haber tenido una avería en el motor.

Juan Manils, piloto del avión y actual presidente de la Aeroclub Ibiza, maniobró a baja altura cuando José, el hijo del pescador, Juan Carlos Ferrer, vecino de ambos, y otro amigo taxista de Santa Eulària del desaparecido se aprestaron dentro del aparato con la esperanza de que el náufrago estuviera bien.

Eran poco más de las diez de la mañana. Para entonces, ya era completamente visible la manta roja que con la que José Marí hacía señales y que a buen seguro le sirvió para protegerse durante tres noches de las duras condiciones de frío, viento y lluvia que tuvo que soportar entre las olas en un barco del que no ha querido desprenderse y que ayer, durante cerca de seis horas, fue remolcado en su regreso al puerto de Eivissa por el «Illes Pitiüses». «Allí estaba, haciendo señales con una manta roja agitándola sin parar mientras pasábamos varias vecessobre él», explicó por teléfono el piloto a Ultima Hora Ibiza y Formenterapoco minutos después del hallazgo.

Manils, cuyo aparato de la entidad que representa estuvo durante esto días colaborando en el rastreo y que ayer despegó del aeropuerto de Eivissa sobre las ocho de la mañana, contactó con el centro de control del aeropuerto de Palma y dio su posición. Fue el momento de las felicitaciones y de los gritos de alegría dentro del aparato tras muchas horas pendientes del mar.