Los supuestos inspectores de gas a los que se les atribuyen el uso de técnicas fraudulentas para llevar a cabo dudosas revisiones que terminan con facturas abusivas están de nuevo operando en la isla. Al menos ocho domicilios de sa Penya, todos ellos ubicados en la calle de la Virgen, ha sido los últimos visitados por estos técnicos después de que la oficina del consumidor, del Consell dependiente de la conselleria de Salut y Consum, recogiera anteriormente y en los últimos días cerca de una quincena denuncias por hechos similares.

Así lo manifestó el presidente de la asociación de vecinos de sa Penya, David de Mena, quien aseguró que, entre la indignación vecinal y tras descubrirse el engaño, se ha sabido que los afectados han tenido que pagar en esta ocasión factura que rondaban los cien euros y que, en algún caso, han llegado a sobrepasar los 200. De Mena explicó que esta vez los «inspectores» se presentaba completamente de paisano, sin mono de ninguna compañía, símbolos o carnets acreditativos que sirvieran para identificarles plenamente».

Muchas de estos operarios pertenecen a empresas debidamente autorizadas por Industria, pero suelen aprovecharse de la gentes, especialmente de ancianos y extranjeros, a los que informan de supuestos peligros y dudosas averías que son observadas después de convencer con métodos, a veces coercitivos, a las personas que visitan. Tras ello, eludiendo que se les pida un presupuesto, realizan «reparaciones» a las que siguen facturas infladas. Anteriormente a estos manejos han tenido la precaución de lograr que el «cliente» les firme una autorización para todo. Además, actúan con rapidez y cubriendo zonas. Así, en uno de los casos aceptaron cobrar 60 euros en una factura de 100 después de que una mujer les dijera que no tenía más.