El doctor F.J.G.R., adscrito a Can Misses, debía de haberse sentado
ayer de nuevo en un banquillo para responder de otra acusación por
imprudencia medica. El juicio, sin embargo, se suspendió por
ausencia de un testigo. El ginecólogo, que ayer iba a comparecer
ante la misma juez que le absolvió meses atrás de la posible
responsabilidad que hubiera podido tener por la muerte de una
paciente de Formentera enferma de cáncer, se enfrenta esta vez a la
denuncia presentada por una mujer que considera que se cometieron
distintas negligencias tras ser asistida por el facultativo en un
parto.
La paciente, a la que supuestamente no se retiró toda la
placenta, sufrió posteriormente una fuerte anemia que obligó a una
transfusión sanguínea y a una convalecencia que, además de las
consecuencias física, acarreó secuelas psíquicas. El fiscal pide en
esta ocasión doce arrestos de fin de semana para el facultativo y
la inhabilitación profesional durante tres años. La acusación
particular, por su parte, eleva a hasta 18 meses de arresto de fin
de semana la pena solicitada, mantiene la reclamada por la
inhabilitación y estima que la paciente debe ser indemnizada con
15.495 euros.
El ministerio público, en este último aspecto, fija en 11.769
euros la cantidad incluyéndose la suma por la convalecencia y las
secuelas. Los hechos se remontan a febrero del año pasado. La
afectada no se desprendió naturalmente de la placenta tras el parto
por lo que ello debió realizarse manualmente. Según la acusación,
no se hicieron las revisiones oportunas que hubieran dejado al
descubierto que parte de la placenta había quedado adherida a la
mujer, tal y como ocurrió posteriormente tras practicársele una
ecografía.
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