Tres de los arrestados son conducidos por agentes de la Guardia Civil a la furgoneta que los trasladaría a la cárcel. Foto: K.T.

La juez titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 5, que se encontraba ayer de guardia, tomó la decisión de decretar el ingreso en prisión provisional de los cinco colombianos detenidos el pasado 31 de octubre en Sant Antoni cuando se encontraban en posesión de algo más de medio kilogramo de cocaína (563 gramos). La medida fue propuesta por la Fiscalía tras las declaraciones de los cinco imputados, cuyos nombres son Ovidio O.V., de 42 años; Federman V.R., de 34; Fernando L.V., de 23; Erica R.G., de 28 y Miriam Elena T.A., de 25. La droga hubiera alcanzado un valor de unos 33.056 euros de haber sido introducida en el mercado.

Pero cuando los autos de prisión ya habían sido entregados y estaba a punto de producirse el traslado de los sospechosos a la prisión de Eivissa, Ovidio O.V. al parecer decidió en el último momento cambiar su testimonio para autoinculparse de la posesión, lo que finalmente no cambió la determinación tomada por la juez previamente de remitirlos provisionalmente a la cárcel, donde ingresaron sobre las tres de la tarde.

Tal y como adelantó ayer Ultima Hora Ibiza y Formentera , Ovidio O.V., que hasta ahora trabajaba en un establecimiento comercial de la isla dedicado a la alimentación, era el encargado de ponerse en contacto con las redes colombianas dedicadas al narcotráfico en Madrid para que se dispusiera la droga para su traslado a Sant Antoni. El transporte fue realizado por una pareja también de nacionalidad colombiana y que se encuentra entre los detenidos.

Según pudo saber este periódico, las cinco personas residían en el mismo domicilio de Sant Antoni en el que fue hallada la cocaína, oculta en un cajón de uno de los muebles de la vivienda.

Las investigaciones realizadas por el Grupo de Investigación Fiscal y Antidroga (Gifa) de la Guardia Civil establecen que este grupo recibía la cocaína en Sant Antoni para, a continuación, hacerla llegar a los pequeños distribuidores que se encargaban de 'moverla' en la isla.