La policía se incautó de más de un kilogramo de cocaína. Foto: MARCO TORRES.

La policía detuvo el martes por la tarde a A.P.C., natural de la localidad palentina de Herrera de Pisuerga y de 43 años de edad, cuando supuestamente desembarcaba en Eivissa, tras haber tomado el barco en Denia, con 1.100 gramos de cocaína. Este alijo -según la investigación policial- iba destinado a cubrir los «servicios» de venta de droga que presuntamente se estaban llevando a cabo en una de las dos tiendas de moda que el sospechoso posee en la ciudad. A.P.C., de cuyo arresto junto con otras dos personas y la desarticulación de este grupo informaba ayer este periódico, se dio cuenta de que iba a ser detenido e inició una carrera hacia el muelle que hubiera terminado en el mar si los agentes que esperaban su llegada no lo hubieran impedido.

Tras su detención, se procedió a capturar a su mujer R.M.J., de 33 años, y a la de su cuñado, J.C.M.J., de 22. Ambos son nacidos de la República Dominicana y trabajadores en la tienda de ropa de la calle Pedro Matutes Noguera de es Viver que se cree servía de tapadera al «negocio» de los estupefacientes. Sobre el otro comercio de la 'firma', ubicado en la Avenida de España, no consta que se llevara a cabo ninguna actividad ilegal.

Comisaría investigaba el local de A.P.C. en la Avenida Pedro Matutes Noguera al tenerse indicios desde el pasado mes de agosto de que este comercio podría en verdad estar encubriendo un importante punto de distribución de venta de cocaína en Eivissa. Los agentes del Grupo de Estupefacientes, de hecho, se incautaron luego de 85 gramos de «coca» en el local sometido a vigilancia. La policía tendió su «trampa» al principal sospechoso después de que éste viajara precipitadamente a Barcelona el pasado lunes.

Ello despertó las sospechas de los agentes, por lo que se montó un dispositivo para esperarle tanto en los puertos de la isla como en el aeropuerto. A su llegada a las 19 horas del martes en el puerto de Eivissa se procedió a su cacheo y detención, teniendo que reducírsele cuando intentaba deshacerse de la droga tirándose con ella al mar.

Los 1.100 gramos que presuntamente portaba A.P.C., todos ellos con un contenido de gran pureza, iban repartidos en pequeños cilindros de 10 gramos. Por ello se sospecha que la cocaína fue introducida en España por «mulas» o personas que las redes de narcotraficantes utilizan para que metan la droga escondida dentro de su cuerpo con el fin de burlar los controles policiales antidroga de los países de destino.