Comisaría expuso ayer el cuantioso botín acumulado por los delincuentes. Foto: V. F.

Las numerosas denuncias cursadas en junio por una compañía de instalación de cabinas telefónicas en Eivissa referentes al asalto de estas máquinas tanto en esta isla como en Formentera supuso el inicio de una investigación que culminó el pasado miércoles con la detención de once ciudadanos rumanos y dos noruegos, quienes integraban dos grupos delictivos diferenciados e independientes entre sí.

Los detenidos pertenecientes al primer grupo son los rumanos Crina Emanuela S., de 25 años; Ovidiu Iuliu M., de 24; Petre V., de 24; Tapos C., de 30; Iulián U., de 21; Ciprián M., de 23; Gheorghe P., de 20, e Ion P., de 22, y del noruego Baastab R., de 21. La investigación referente a esta banda se bifurcó en una segunda al constatar el Cuerpo Nacional de Policía que se seguían cometiendo asaltos a cabinas. Como resultado de estas nuevas pesquisas se pudo proceder a la detención del segundo grupo, integrado por Michaela G., de 18 años; Mihai R., de 21, y la menor A.T., de 17, todos ellos rumanos, junto a la ciudadana noruega Floor S., de 22 años de edad.

Fuentes de Comisaría señalaron que, si bien operaban por separado, los dos grupos ya habían coincidido en alguna localidad francesa en la que perpetraban los asaltos. Los agentes de la Comisaría de Eivissa se enfrentaron al primer problema de la investigación al tener que delimitar su ámbito, puesto que los grupos operaban indistintamente en Eivissa y Formentera y sin limitarse a las áreas turísticas. Según la policía, el número de cabinas forzadas en las Pitiüses asciende a 281 de las cuales las bandas organizadas han logrado sustraer un total de 46.305 euros. Los daños ocasionados a las máquinas, según sus instaladores, podría llegar a los 29.251 euros. De la cantidad robada, la policía ha logrado recuperar en esta operación 5.700 euros, la mayor parte de ellos aún en monedas.

El primero de los grupos comenzó a ser desmantelado tras sorprender la policía a cuatro de los detenidos alrededor de una cabina. Tres hacían de pantalla mientras el cuarto manipulaba el cajetín con la ayuda de un taladro. Tras comprobar el asalto, los agentes siguieron al grupo para confirmar que repetían la operación en otra cabina, momento en el que fueron detenidos.