La llegada del verano y la necesidad de redistribuir efectivos
policiales en el verano de 1999 puso fin al proyecto más ambicioso
que hasta la fecha se ha llevado a cabo para solucionar de raíz los
problemas de sa Penya. El cambio político, sin que antes hubiera
nueva ni siquiera gestos por hacerle brotar de sus cenizas, hizo el
resto. La 'Operación Esperanza' fue el principio de una serie de
modelos y medidas que luego se aplicaron y que ahora se vuelven a
aunar en el tercer proyecto que se desarrolla con la misma
finalidad. En todos ellos se pone de manifiesto que acabar con la
marginalidad del barrio pasa por implantar a la vez y de manera
eficaz medidas policiales, sociales y urbanísticas.
La policía registró los primeros altercados con vecinos del
barrio en los días siguientes a la puesta en marcha de la
'Operación Esperanza'. Los momentos mas tensos, sin embargo,
tuvieron lugar en marzo cuando precisamente también se abordó el
tapiado de la calle Retiro y de otros lugares. Los agentes que
protegían los puntos asignados tuvieron que estar esos días
equipados con cascos y escudos.
Varias veces se arrojaron piedras contra los policías e incluso
se llegó a practicar una detención de una persona que amenazó a una
agente con dispararle dos tiros. Al sospechoso se le requisó una
escopeta. Los 'narcos', sin embargo, ganaron la batalla al pasar
las semanas e ingeniársela para soportar la presión. Desde entonces
han venido realizándose operaciones puntuales contra los
traficantes. Durante 2000 y 2001 los planes se centraba en reforzar
la presencia policial, pero esta no siempre ha sido constante.
Ahora, con el tercer intento, se recupera el objetivo de que los
clanes se sientan incómodos y vigilados.
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