La policia, en una imagen de archivo, intenta que estas fiestas concluyan de manera pacífica.

La fiesta que motivó múltiples quejas entre el vecindario concluyó al mediodía de ayer después de que Guardia Civil y Policía Local de Sant Josep hubieran actuado por partida doble para intentar poner fin a lo que según los vecinos era un desmadre que ya duraba más de nueve horas. Esta, al parecer, se había montado como tributo y despedida a los «trabajadores de la noche» y se sospecha que tras su organización estaban personas ligadas a un conocido personaje de la «jet set» especializado en este tipo de acontecimientos.

Los supuestos organizadores del evento, «atrincherados» en un casa de la zona de Can Orvay en la que se supone habían congregadas más de 200 personas, fueron denunciados por dos veces por los agentes después de que presuntamente se negaran a bajar el volumen de la música. Los participantes impidieron la entrada a los policías amparándose en que estaban en una propiedad privada, en este caso una casa de alquiler.

Las primeras quejas fueron recogidas por la Policía Local de Sant Josep en el inicio de la madrugada. Agentes de este Cuerpo se trasladaron en las horas siguientes al lugar, un sitio donde se constató la presencia de más de un centenar de coches estacionados junto a la casa de campo donde tenía lugar la fiesta. Según la información recogida por este periódico, los agentes informaron a los habitantes de las molestias que estaban causando y les hicieron constar que ello iba a derivar en una denuncia.

La situación se repitió a primera hora de la mañana después de que las quejas vecinales hubieran aumentado. La visita de la Policía Local y de la Guardia Civil se produjo a la vez que varios de los asistentes comunicaron su intención de abandonar la fiesta. Sin embargo, hasta el mediodía no se pudo recuperar la normalidad en la zona.