Escasa retribución económica o los deseos de regresar a sus lugares
de origen son algunos de los motivos por los que el cuerpo de
funcionarios de los juzgados genera una inestable movilidad laboral
que provoca que muchos de los tribunales no cuenten con suficiente
personal. De hecho, se paralizarán durante unos dos meses las
causas para reestructurar esta situación.
Juan Carlos Torres, juez decano de Eivissa, considera «muy
negativo» que un «servicio público de carácter esencial» soporte
estas carencias, con altas cuotas de interinidad entre el
funcionariado, sin que se lleguen a cubrir las plazas con
funcionarios titulares.
«En esta circunscripción judicial contamos con un noventa por
ciento de funcionariado interino», señala Torres. Estos
funcionarios deben cesar en sus plazas cuando éstas son concedidas
a un titular. El problema del empantanamiento en las tareas que se
genera viene dado por el desconocimiento de la plaza judicial por
parte de los recién llegados, a lo que se suma el que el cesado
pasa al último lugar en la bolsa de trabajo, en muchas ocasiones
por debajo de aspirantes con menos experiencia. La Fiscalía tampoco
es ajena a estos problemas y ahora solo hay dos fiscales para
todo.
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