Salvamento Marítimo movilizó todos sus efectivos.

El dueño del «Albaricoque», la embarcación cuyos restos fueron hallados a tres millas de Formentera y que motivaron un amplio rastreo de Salvamento Marítimo al informarse de que dos personas podían haber desaparecido, acudió ayer por la mañana al juzgado con su abogado para confesar el montaje que supuestamente había urdido para cobrar el seguro de la embarcación, tal y como sospechó desde un principio la Guardia Civil.

S. J. Cristol, de nacionalidad francesa, se derrumbó cuando el instituto armado ya le buscaba formalmente para detenerle al resolver el Equipo de Policía Judicial de la Benemérita su investigación y hallar claros indicios de fraude en lo ocurrido, hechos que ya constan en un atestado que han sido entregado en el juzgado de Instrucción número 6 de Eivissa. El sospechoso llegó a asegurar en su día que una pareja de madrileños le alquiló su lancha con la intención de hacer una excursión por aguas pitiusas que comprendía al menos una vuelta a la isla.

Las comprobaciones de la Guardia Civil a todos los niveles, iniciadas al instante al sopesar que las declaraciones no tenían signos de verosimilitud, confirmaron que S. J. Cristol «creó» a ambas personas falsificando una titulación de patrón de embarcaciones deportivas de segunda categoría así como un contrato privado de alquiler, todo ello para cobrar el seguro de una compañía ibicenca.

Un amplio operativo de rescate en la zona de sa Punta de sa Creu
S.J. Cristol ha sido acusado formalmente de la comisión de un presunto delito de estafa. Su supuesta acción, sin embargo, llevó consigo un amplio operativo de rescate durante días en busca de algún superviviente, especialmente cuando ni siquiera se sabía a ciencia cierta cuantas personas podían ir a bordo de la motora de doce metros de eslora que zarpó del puerto de Ibiza Nueva para un viaje de placer. Dos embarcaciones de Salvamento Marítimo, un helicóptero y agentes de los Geas de la Guardia Civil rastrearon ampliamente la zona de sa Punta de sa Creu, a tres millas de Formentera, lugar donde se avistaron los primeros restos. La búsqueda se suspendió cuando ya nadie creía en un naufragio.