El catamarán «Indian Head» en un dique seco de la ciudad de Eivissa.

P. T./J.M.R. Patrice Migault, un súbdito francés que visita las Pitiüses desde hace varias décadas, se encontraba el pasado martes en la playa de ses Illetes en el momento en el que ocurrió el fatal accidente en el que tres jóvenes resultaron heridas de gravedad. En el siniestro se vieron implicadas una moto náutica, en la que navegaban las tres víctimas, y el catamarán offshore «Indian Head». Según Migault, que se encontraba a unos cuarenta metros del lugar del accidente, fue el catamarán el que arrolló a las jóvenes mientras abandonaba a gran velocidad la zona.

Migault se encontraba en el agua junto a Thierry Roussell, propietario de la moto náutica y a quien conoce desde hace 30 años. Según su relato, desde detrás de la Illa Rodona apareció el «Indian Head» a una velocidad que cifró en «unos 40 nudos, una velocidad demasiado alta», indicó. Al recordar lo ocurrido, Migault refirió cómo la proa del catamarán estaba elevada debido a la velocidad, dificultando la visibilidad del piloto, y terminó pasando por encima de las tres jóvenes, quienes habían llegado a Formentera junto a Roussell y al propio Migault. «Eran amigas mías -añadió el ciudadano francés-, Thierry no las conocía pero decidimos ir todos juntos a Formentera con los barcos 'Picwk' y 'Safari'». Migauld añadió que la moto náutica fue arrastrada hasta Formentera por el «Safari».

«Oímos el ruido del motor y pensamos que cómo podía estar tan loco para ir a esa velocidad. De repente escuchamos un golpe seco. Vimos como varias embarcaciones se dirigían hacia la posición del 'Indian Head', a unos 300 metros de la costa, lo que también hice en cuanto regresé al barco con el que estábamos fondeados», dijo. Al llegar, Migault vio que dos de las jóvenes «parecían muertas» y eran trasladadas a la playa de ses Illetes, mientras que la tercera, aún consciente, era evacuada a las cercanías del restaurante Es Molí de Sal. «El piloto del catamarán estaba de pie sobre la lancha y había una mujer también. Al echar una mirada rápida al piloto me pareció que no estaba normal, cómo si hubiera tomado algo».

Migault, tras desplazarse a ses Illetes y a Es Molí de Sal, regresó junto al catamarán para intentar hablar con el piloto, probablemente U.A., un ciudadano alemán de 49 años y propietario de la lancha. «No quiso hablar conmigo y se mostró muy despectivo. Le dije que no se moviera de donde estaba», recordó. Al poco regresó acompañado de un policía de paisano. «Le pedí al policía que se le hiciera algún control de alcoholemia o similar al piloto». Entonces la Guardia Civil indicó que tanto la moto como el catamarán fueran conducidos a La Savina.

Tres horas después Migault observó que el «Indian Head» regresaba al puerto de Marina Botafoch. «No entendía cómo podían dejar que regresara. Luego vi el catamarán en un dique seco inmovilizado por la policía». La directora insular, Marienna Sánchez Jáuregui, señaló ayer que la Policía Judicial de la Guardia Civil investiga las numerosas versiones existentes acerca de lo ocurrido, por lo que no quiso adelantar ninguno de los resultados de las pesquisas realizadas hasta ahora.

Leve mejoría de las jóvenes heridas en el accidente
La Policlínica Nuestra Señora del Rosario ofreció ayer un parte médico que pone de manifiesto una leve mejoría de las dos jóvenes heridas en ses Illetes y que permanecen ingresadas en el centro. Suzanna L., de 25 años y nacionalidad polaca, que en la madrugada anterior se encontraba en estado crítico, se encontraba ayer «muy grave, pero estabilizada» , precisaba de respiración asistida y continuaba en coma, al igual que Sylvia B., checa y de 20 años, que experimentó una «leve mejoría» y continuaba «muy grave». E.W., de 16 años e ingresada en Can Misses, permanecía en estado grave. Suzanna será sometida hoy a una pequeña intervención quirúrgica si su estado es favorable.