Los submarinistas de la Guardia Civil hicieron varias inmersiones para ver si encontraban más droga.

Una lancha del Grupo de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil inspeccionó ayer las aguas y la costa cercana a Cala Boix para comprobar si existía algún otro fardo que pudiera contener hachís y que acompañara al que el pasado sábado por la tarde apareció en este rincón del norte de la isla y que fue encontrado por unos bañistas. Según pudo comprobar este periódico, la búsqueda resultó infructuosa y tras un intenso rastreo comprobaron que no había en las proximidades ningún otro paquete que pudiera contener algún tipo de sustancia estupefaciente.

Los agentes llegaron en una lancha neumática y realizaron varias inmersiones en las proximidades de los bañistas que acudieron a la cala. También inspeccionaron a pie los rincones más próximos, por si acaso pudiera haber quedado oculto algún otro entre las rocas que salpican la costa norte de la isla. El fardo encontrado un día antes se encontraba en buen estado y perfectamente cerrado, lo cual podría ser evidencia de que aún no había pasado demasiado tiempo en el agua, según manifestaron algunos de los que habían visto cómo era recuperado por las personas que habían dado parte a las autoridades competentes.

De hecho, el paquete había estado flotando durante un buen rato a la deriva y fue cuando se acercó más a la orilla cuando éstas se habían decidido a mirar qué era y a sacarlo del agua. Una vez en la costa había sido abierto y se podía ver la presencia de varias tabletas de un material que bien podría ser hachís. Pronto una dotación de la Guardia Civil se llevó el fardo.