José Luis E.I. fue perdonado durante la causa por la víctima, quien recibió tres puñaladas en el pecho y otra en el estómago. Foto: V.F.

José Luis E.I. se despidió ayer del tribunal que le juzgó afirmando que ahora lo hubiera vuelto a hacer porque iba en juego su propia vida, pero precisando que nunca quiso matar. El fiscal no cree que actuara en defensa propia al valorar la presunta existencia de alevosía en su comportamiento y mantuvo ayer los siete años de cárcel por tentativa de asesinato que figuraban en su escrito de acusación.

Todo comenzó al parecer después que fuera provocado por el que iba ser su víctima, que ayer no compareció en la vista, después que éste le hubiera roto su pipa de fumar, un recuerdo familiar. Según un testigo, compañero de ambos de «Sa Tanca», esta fue la razón que motivó que ambos se enzarzaran en una pelea que pudo costarle la vida al hombre que fue hallado desangrándose en la tarde noche del pasado 14 de diciembre en la carretera de Sant Antoni.

El acusado, ayer ante la Audiencia Provincial, sin embargo, afirmó que salió en defensa del otro indigente después de que la persona a la que reconoció haber acuchillado por cuatro veces mostrara un talante extremadamente agresivo al término de una comida de lentejas que los dos habían preparado y que regaron con grandes cantidades de vino y, a los postres, con whisky. Según su versión terminó siendo arrastrado por el pelo en dirección a un pozo mientras era brutalmente apaleado. «Actué en defensa propia», aseguró. El fiscal, por contra, no creyó esta versión al entender que tras la discusión José Luis E.I. se marchó del lugar y volvió al rato con el único fin de apuñar a su contrincante.