Imagen de varios de los coches que resultaron afectados por el incendio ocurrido en la madrugada de ayer.

El fuego surgió por sorpresa sobre las cuatro de la madrugada de ayer, sin que hasta el momento se hayan podido precisar las causas del mismo, aunque podría haber sido provocado. La Policía Local de Eivissa respondió a una llamada de aviso del teléfono de emergencias 112 alertando del incendio de una furgoneta y seis agentes se dirigieron de inmediato hacia el concesionario de Peugeot Citroen, situado frente al instituto de sa Blanca Dona y, tras lograr penetrar en el interior, comprobaron que uno de los coches aparcados en el patio exterior del concesionario estaba ardiendo.

A la espera de la llegada de los bomberos, los agentes municipales decidieron apartar de las llamas aquellos vehículos que se encontraban estacionados con las llaves de contacto puestas. De este modo, los agentes salvaron una decena de automóviles del siniestro. La llegada de los bomberos permitió controlar de un modo más efectivo las llamas, que ya afectaban a un mayor número de coches. Finalmente, los bomberos regresaron al Parque Insular a las 06'30 horas. El saldo de destrozos se elevó a siete coches afectados de diversa consideración. De hecho cinco quedaron calcinados en gran parte. De los siete automóviles dañados, cuatro eran nuevos y otros tres iban a ser reparados.

La violencia y rapidez con la que el fuego consumió los vehículos es la base sobre la cual se ha iniciado una investigación por parte del Cuerpo Nacional de Policía para intentar esclarecer si dicho incendio fue provocado o su origen fue fortuito. Fuentes de la gerencia del concesionario siniestrado confirmaron ayer a este periódico que los pormenores de lo sucedido «están en manos de la policía y la aseguradora». Igualmente señalaron que aún no se ha efectuado una valoración precisa de los daños causados por el incendio.