La misma del Domingo de Ramos se celebró a las diez y media de la mañana. Foto: MARGA FERRER.

El obispo de la diócesis de Eivissa, Agustín Cortés Soriano, se vio obligado el pasado Domingo de Ramos a oficiar a pleno pulmón la misa que concelebró con otros dos sacerdotes en la catedral para que todos los feligreses pudieran seguir le celebración. La culpa la tuvieron los desconocidos que horas antes entraron en el templo y se llevaron los micrófonos y otros elementos de megafonía del equipo de sonido, un aparato que en su conjunto se valora en 6.000 euros (un millón de pesetas).

No hubo tiempo para nada. Todo estaba listo para la misa de las diez y media de la mañana cuando en la catedral se dieron cuenta de que faltaban los micrófonos, según confirmaron a este periódico fuentes del obispado. Analizada la situación, y con la iglesia ya llena de gente, el obispo consideró oportuno hacer de tripas corazón y seguir adelante pese a la falta de esta tecnología.

Los primeros indicios recogidos en el lugar de los hechos corroboraron que el robo tuvo que producirse en la misma noche del sábado. El asaltantes, y sus cómplices, si los tenía, tuvo que ingeniárselas para saltar una tapia y entrar por algún hueco, aprovechando probablemente la zona que se encuentra en obras. Ello se desprende de que no se encontraron forzadas, ni con ningún otro indicio de violencia, las puertas principales de la catedral.

El robo, de igual manera, debió de producirse con rapidez porque los cacos sólo se llevaron los complementos del equipo más fáciles de transportar, dejando los amplificadores en su sitio. El robo ha sido denunciado en Comisaría, mientras que desde el obispado se realizan ya gestiones para que se pueda conseguir material que sustituya al sustraído a fin de recuperar la normalidad en los actos del mismo Jueves Santo.