Otro complicado rescate para los bomberos y la Guardia Civil en los
acantilados de Cala d'Hort. El excursionista que motivó esta vez la
emergencia no sufrió ningún tipo de herida, pero se vio en apuros
cuando ya era media tarde. Una de las amigas que le acompañaban dio
aviso directamente a los bomberos al ver la difícil situación en la
que éste se encontraba, un hecho habitual ya en sa Pedrera con
personas que visitan la zona y que de improviso se dan cuentan que
han llegado a lugares donde avanzar a cualquier lado es
materialmente imposible.
La situación se complicó al llegar la noche al no existir ya
luna llena y tenerse que trabajar en un terreno extremadamente
complicado incluso para coordinarse las unidades. Los bomberos se
vieron reforzados por agentes de la Guardia Civil y del Grupo
Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) que pusieron más medios
a las tareas que ya se llevaban a cabo en un acantilado, situado en
las cercanías de una cueva. Este mismo equipo participó hace pocas
semanas en el rescate del joven que se quemó en un ritual en la
torre próxima, un salvamento que también se tuvo que efectuar de
noche y que incluyó a agentes de la unidad de Policía Judicial,
encargados de investigar lo ocurrido.
Al cierre de esta edición, pasadas las once de la noche, se
había logrado llegar hasta él y se procedía a llevarlo hasta sitio
seguro por tierra. Antes se contempló la posibilidad de llevar cabo
el rescate por mar después de que también se hubiera dado aviso a
Salvamento Marítimo para que colaborara con una de sus
embarcaciones. En los primeros instantes, un grupo de médico, entre
ellos el que fuera gerente de Can Misses, Ignacio Martínez, que se
hallaba también de excursión por Cala d'Hort, se desplazó al lugar
por si se había producido un accidente o por si era necesaria su
intervención.
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