El operario cayó desde una de las ventanas de la ampliación de la terminal del aeropuerto. Foto: M. TORRES.

Una ráfaga de viento -según los primeros indicios- contribuyó ayer a que José M.T., un operario de 40 años de edad de la empresa Eivimassa, perdiera el equilibrio y se precipitara desde una altura de unos seis metros cuando participaba en las obras de ampliación de la terminal del aeropuerto de Eivissa. La víctima, que se halla ingresada con heridas graves en la UCI de Can Misses aunque no se teme por su vida, cayó por la ventana de un segundo piso cuando en compañía de otras dos personas realizaba desde dentro del inmueble mediciones para colocar la carpintería de aluminio que realiza Eivimassa, sociedad contratada por la empresa CYES.

El encargado de obra aseguró ayer que se estaban cumpliendo todas las medidas de seguridad laboral cuando sobre las nueve de la mañana ocurrió el accidente. Según esta versión, el operario debió de sufrir un desafortunado traspiés que le llevó a ir hacia la ventana hasta voltearse y caer al vacío, sin que al parecer sirvieran de nada las barandillas de protección que había instaladas. Uno de los dos obreros que le acompañaban estaba sobre una escalera, pero éste tuvo la suerte de no verse afectado ni por la ráfaga de viento ni por la inercia de su compañero.

José M.T. sufrió fracturas en la pelvis, así como en uno de los brazos, después de que se precipitara prácticamente de pie hasta impactar contra el suelo. En todo momento estuvo consciente. El 061 se movilizó y finalmente personal de Ambulancias Insulares, tras los primeros cuidados, evacuó al herido. Inspección de Trabajo investigaba ayer mismo las causas exactas del siniestro en las obras del aeropuerto. Distintas fuentes sindicales señalaron durante la jornada que varias informaciones recogidas en ambientes laborales se hacían eco días atrás de la posibilidad de que no se estuviera cumpliendo estrictamente con la normativa de seguridad, extremo éste no confirmado. El encargado de la obra, por contra, destacó que existía tal seguridad que, a causa del viento, se habían suspendido los trabajos en andamios y en cubierta.