El juzgado de Instrucción número 3 ha sobreseído provisionalmente
la investigación que se llevaba a cabo por la muerte de la belga
residente en Santa Eulària Nadia Duchateau, hallada muerta en su
domicilio del número 1 de la calle del Mar de la citada localidad
con un fuerte golpe en la cabeza en la mañana del día 30 de enero
de 1998.
La decisión se ha adoptado después de que se haya recibido en el
juzgado sin resultado concluyente el análisis de la totalidad de
las muestras genéticas de ADN que fueron enviadas en su día y con
las que se esperaba encontrar una prueba definitiva. En ella se
advierte que la analítica no ha dado las suficientes garantías para
relacionar a alguno de los posibles sospechosos que eran objeto de
examen.
La investigación apuntó en sus primeros instantes a un joven de
Sant Llorenç, amigo de la víctima, que fue detenido el mismo día
del crimen después de que esta misma persona, con graves problemas
de toxicomanía, como la fallecida, atracara la gasolinera de Can
Musson, hecho por el que fue condenado por la Audiencia. El
detenido fue entregado ante el juez sólo por el atraco pero la
Guardia Civil informó al juez de que había distintos indicios que
le relacionaban con el crimen.
Este sospechoso siempre se declaró inocente. La investigación,
con el mayor de los secretos, se centró entonces en unas muestras
corporales halladas en la mano de la fallecida y que podrían llevar
directamente al presunto homicida. El juzgado, en las semanas
siguientes, pidió voluntariamente muestras a muchas personas que
figuraban en el entorno de la víctima. Algunas se negaron. Los
primeros resultados dejaron airoso al principal sospechoso.
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