Una falsa alarma de atraco movilizó a las diez de la mañana a la policía después de que se recibiera en la Comisaría el aviso de un posible robo a mano armada en la sucursal del Banco de Santander de la calle Bartomeu Roselló. No hubo ningún ladrón. Al parecer la alerta se produjo tras dispararse por un fallo interno el sistema de alarma de la oficina. Fuentes de este banco dijeron que todo quedó solucionado enseguida y que ni siquiera los pocos clientes que había en el local se dieron cuenta de la llegada de la policía. Varios testigos explicaron que afuera sí hubo revuelo por la llegada de los coche y que incluso se vio a un policía portando una pistola.