Francisco Javier Picatoste y Manuel Brito, presuntos autores del asesinato de un joven y de la violación de su novia en Cerdanyola, fueron detenidos en la noche del pasado viernes en el kilómetro 6 de la carretera de la Arrabassada, que enlaza Barcelona y Sant Cugat a través del Tibidabo. Según los Mossos d'Esquadra y la Guardia Civil, la detención se produjo «con absoluta limpieza y sin disparar un solo tiro».

Al parecer, la policía recibió la noticia de que los dos presos fugados acudirían a una cita aquella misma noche, lo que permitió que fueran sorprendidos y arrestados rápidamente. A los detenidos se les intervinieron un revólver y una pistola automática que sustrajeron a uno de los dos policías autonómicos catalanes a los que dispararon aprovechando un traslado a un hospital de Lleida desde el centro penitenciario de Ponent el pasado 14 de octubre. Uno de los agentes podría quedar tetrapléjico a causa de los disparos recibidos por la espalda durante la fuga de los presos.

Brito, que cumplía una condena de 30 años por homicidio, fue relacionado con el crimen de Cerdanyola gracias a unos tatuajes «muy característicos» en su mano derecha, según explicó el jefe de la Policía Judicial de los Mossos d'Esquadra, Adolfo de la Torre. Igualmente, la policía continúa la búsqueda de una tercera persona que ayudó a los fugitivos y que, según, fuentes de la investigación, «no es un familiar, sino alguien de su entorno delictivo».