Vecinos y comerciantes volvieron ayer a mostrarse molestos por la continua inseguridad que denuncian que existe en la Marina, después de que en menos de un mes se hayan producido cuatro atracos a manos armada en este barrio por un encapuchado sobre cuya detención trabajaba a marchas forzadas la policía ayer mismo después de que su identificación sea ya del todo plena.

La identidad del sospechosos era conocida por la Comisaría desde hace días, pero el problema ha estado hasta ahora en conseguir pruebas definitivas y de localizarle con exactitud dentro del laberinto que es sa Penya, lugar donde corre a refugiarse nada más producirse los asaltos. A ello, también hay que añadir que la policía intentaba que esta actuación sirviera para recoger todas las pruebas que le relacionan con los robos.

Varios vecinos, pese a todo, señalaron a este periódico que, pese a su arresto, no se iba a hallar una solución definitiva ya que iba a ser inevitable que siguieran todo tipo de robos, un hecho que siempre se atribuye a la falta de vigilancia policial. El encapuchado es un toxicómano conocido delincuente habitual y sobre el que pesan ya varias condenas por robo, sobre todo en la misma zona del puerto. Actúa con rapidez y violentamente, pero sin tomar excesivas precauciones por su estado de ansiedad. Su forma de actual al final ha terminado por delatarle, dejando incluso visibles sus huellas en varios lados.