«Vamos a seguir volviendo a la isla hasta que lo encontremos. Si no se encuentra un cuerpo, para nosotros es que está vivo». Esta fue la delcaración de intenciones que hicieron ayer los familiares de Jeffrey Hodgson, el británico con problemas de dficiencia mental desaparecido en Cala Llonga en julio.

Desde entonces ha habido tres «campañas» de búsqueda. Los familiares de este turista han inciado ya la cuarta. En esta ocasión se van a repartir un total de 10.000 carteles con la promesa de una recompensa. Muchos de ellos ya han sido colocados y se pide que nadie los retire. Además, se ha realizado una planificación para día por día centrar las pesquisas en una zona determinada al creerse que Hodgson, de 1'70 metros, puede estar en cualquier parte, aunque su aspecto puede dar ya claros signos de desaliño.

«Lo que se busca es a un británico vagabundeando. Se solicita a la gente de que se fije, porque a lo mejor no se trata del típico turista bebido sino de Jeffrey», se señala desde esta familia británica, apoyada económicamente por distintas firmas. La búsqueda, incluso, está en Internet en una web en tres idiomas: www.wheresjeffrey.org.