Un robo ocurrido hace pocos días en una casa de la zona de
Buscastell estuvo a punto de acabar en tragedia. Un hombre de
nacionalidad suiza se halla desde entonces hospitalizado en estado
muy grave, con lesiones muy importantes en la cabeza, después de
que los ladrones entraran en su vivienda, le inmovilizaran y le
dieran una paliza de muerte para llevarse todo el dinero que tenía.
La Guardia Civil, ya ha podido detener a una persona por estos
hechos que pudo actuar con al menos un cómplice, no localizado aún.
El sospechoso arrestado es una persona con rasgos sudamericanos y
su detención fue posible después de que se buscaran pistas
precisamente dentro de los círculos de inmigración de la isla.
Pasadas las diez de la noche de ayer, un hombre, que se presume que
es el detenido, fue sacado del juzgado y llevado esposado por
agentes de la unidad de Policía Judicial de la Guardia Civil a un
coche con la finalidad de realizar un ingreso en prisión, según
pudo comprobar este periódico.
El asalto a la vivienda se produjo -según los datos recogidos-
con el principal objetivo de robar al extranjero residente en una
casa de campo del término municipal de Sant Antoni, persona que,
según los indicios, mantenía algún tipo de relación con los hombres
que entraron en la vivienda y que, además, podrían estar o haber
estado realizando hace poco tiempo distintos trabajos en el
domicilio del residente suizo. Este dato hace pensar que pudieron
existir otras circunstancias que llevaran a los agresoras a actuar
con inusitada violencia.
La víctima no prestó resistencia pero tuvo que ser inmovilizada
por los asaltantes, según se desprende de cómo se produjeron las
heridas. Ingresó en el hospital con un cuadro de lesiones muy
graves en el cráneo, heridas que precisaron su intervención en la
Policlínica de Nuestra Señora del Rosario. Las lesiones tuvieron
que ser causadas con un objeto muy contundente. La importancia de
estas mismas lesiones demuestran a su vez que el residente ibicenco
fue golpeado en repetidas ocasiones sin que le diera opción a
defenderse.
Los ladrones no se amedrentaron ni mucho menos y tampoco se
fueron de vacío. Registraron la casa y se llevaron dinero en
efectivo, una cantidad que según la información que ha trascendido
por este caso supera las 800.000 pesetas. Luego huyeron y dejaron a
la víctima desangrándose.
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