El avión chocó contra un hangar tras colisionar con la avioneta. Foto: EFE.

EFE-MILÀN
Según la reconstrucción de los hechos efectuada por el Ministerio del Interior, la tragedia fue desencadenada por un error humano, debido a la densa niebla que en el momento del incidente, a las 06.15 horas GMT, permitía tan sólo una visibilidad de 50 metros. La avioneta, del tipo Cessna, con dos pasajeros a bordo de nacionalidad alemana y dos pilotos italianos, se interpuso en la trayectoria del aparato comercial, un MD 80, cuando se disponía, en plena fase de aceleración, a completar la maniobra de despegue. Desde la torre de control se había autorizado al aparato privado, que se dirigía a París, a utilizar una pista distinta a aquella, en la que penetró por error.

Tras el impacto, el avión de línea regular, con destino a Copenhague, se salió de la pista, giró 45 grados y se encaminó hacia un hangar de distribución de equipajes, contra el que chocó, lo que provocó tres explosiones y un incendio. Los bomberos no pudieron apagar las llamas hasta pasadas dos horas, mientras se informaba de la muerte de la totalidad de los 104 viajeros del avión y sus seis tripulantes, y los cuatro pasajeros de la avioneta. El número de víctimas entre los trabajadores de las instalaciones aeroportuarias no ha podido ser confirmado por las autoridades, aunque algunas informaciones hablan de 12.

Un portavoz de la compañía Scandinavian Airlines informó de que en el aparato viajaban 48 italianos y otras 52 personas de diversas nacionalidades, al parecer ninguna de ellas española. A bordo de la avioneta viajaba un empresario italiano, Luca Giovanni Fossati, de 44 años, que presumiblemente probaba la aeronave con vistas a su eventual compra. El accidente tuvo lugar hacia las 08.15 horas (06.15 GMT) y a raíz del mismo el aeropuerto de Linate fue cerrado al tráfico para facilitar las tareas de los equipos de rescate, que se desarrollaron en medio de grandes dificultades.

El tráfico aéreo con salida y destino a Linate fue desviado al otro aeropuerto milanés, el de Malpensa, y al aeródromo de la cercana ciudad de Bérgamo. La Agencia Nacional para la Seguridad en el Vuelo (ANSV) ha abierto una investigación sobre el accidente, ocurrido «en condiciones de baja visibilidad», mientras la Unión de Pilotos ha denunciado un posible mal funcionamiento del radar de tierra. El aeropuerto de Linate, abierto en 1934, está dedicado casi exclusivamente al tráfico doméstico y a algunas rutas europeas, ya que la mayoría de los vuelos internacionales e intercontinentales que operan en Milán fueron trasladados al más moderno de Malpensa, situado a 45 kilómetros de la ciudad.

El aeropuerto donde ocurrió la tragedia carece de un radar de tierra
La tragedia ha desatado una fuerte polémica sobre la seguridad en el aeropuerto milanés de Linate. El ministerio italiano del Interior achacó el accidente a un error humano causado por la intensa niebla, que limitaba la visibilidad a 50 metros en el momento del accidente. La falta de visibilidad podría haberse subsanado, según los sindicatos, si Linate hubiera contado con un radar de tierra operativo, que permite conocer la posición de los aviones en las pistas a falta de contacto visual. Un portavoz del sindicato de controladores LICTA, Michele Bufo, aseguró ayer que las autoridades aeroportuarias de Linate habían decidido hace dos años la sustitución del actual equipo, ya obsoleto, pero que las trabas burocráticas habían bloqueado la adquisición de uno nuevo, a pesar de ya estar concedidos los fondos.