J.F.M./P.M.
La jueza de Manacor que instruye el sumario del caso ha dictado un auto en el que se decreta la libertad condicional, sin fianza, para Javier C. (con residencia habitual en Catalunya), y Jacques D. (ciudadano francés que residía en Portocolom). En el auto se prohíbe a ambos entrar en Portocolom, lugar donde supuestamente ocurrieron los hechos que se denunciaron. Los abogados de los dos acusados, Fernando Mateas y Fernando Alberich, solicitaron a la juez la puesta en libertad de sus defendidos al entender que no están probadas las acusaciones. En concreto, se cita que un menor de nacionalidad alemana, que sería la principal víctima de violaciones, se negó a ser examinado por un médico forense al objeto de que se comprobara si había sido objeto de penetraciones.

El auto de libertad se hizo efectivo el jueves de la semana pasada, día en la que los dos presos abandonaron la cárcel de Palma, a la espera de que se celebre el juicio. Además de Mallorca, este caso tuvo trascendencia a nivel nacional, sobre todo en Catalunya, donde reside habitualmente Javier C. Como ya se informó en estas páginas, el hombre, podólogo jubilado, hacía una serie de años que venía a la Isla acompañado de menores con problemas físicos o psíquicos, que estaban acogidos en un centro especial de Catalunya. El pasado verano el hombre alquiló una casa en Portocolom, a donde se desplazó con un niño subsahariano. Según las declaraciones del menor y de las investigaciones policiales, que llevó a cabo el SAF del Cuerpo Nacional de Policía, el niño habría sido víctima de abusos sexuales. También, en un registro que se llevó a cabo, se intervinieron una serie de vídeos en el que los sospechosos aparecían en actitudes lascivas con menores. El departamento de Justicia de la Generalitat se interesó por el caso, debido a que el citado menor estaba acogido en un centro de la citada comunidad.

En Terrassa, localidad donde tiene su residencia Javier C., la noticia de su detención causó una gran sorpresa entre el vecindario y circulo de amistades. Varias personas se pudieron en contacto con este periódico manifestando su estupor, y dijeron que el sospechoso era una persona que se distinguía por intentar ayudar siempre a menores con problemas, además de que daba conferencias de Historia y es una persona muy culta.