La última fiesta ilegal que se ha celebrado esta vez en Eivissa ha
tenido lugar en Cala Llentrisca. La concentración fue rápidamente
detectada. Los vecinos comenzaron a quejarse sobre las ocho de la
mañana por las molestias que ocasionaba la música. A ello siguió la
llegada de dotaciones de la Policía Local de Sant Josep y de la
Guardia Civil de Sant Antoni, que se encontraron con cerca de 200
personas reunidas en un paraje de difícil acceso ubicado entre sa
Pedrera y la citada cala.
La intervención policial no se resolvió esta vez tan
pacíficamente como en otras ocasiones, cuando los agentes informan
de que hay que cortar la música y la concentración se disuelve. Una
joven fue detenida por un presunto delito de resistencia y contra
el orden público y otro resultó herido. Según la Policía Local, se
cayó cuando una dotación iba a identificarle. La versión de los
asistentes, que insistían en que se hallaban en un cumpleaños y en
un terreno privado, es bien distinta. Según ésta, uno de los
policías le agredió directamente causándole una brecha en la
cabeza.
La joven detenida, por su parte, fue arrestada después de que
supuestamente atacara a un guardia e incitara los demás a
resistirse. Como en otros casos, como medida cautelar, se retiró un
generador para impedir que hubiera música.
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