El Ministerio Fiscal solicitó 18 años de cárcel por asesinato para
un joven que el año pasado mató a golpes en Santander a un
desconocido que se cruzó con él por la calle y contra el que
arremetió, sin mediar provocación alguna, porque odiaba a los
homosexuales y le pareció que la víctima lo era.
El acusado es un joven de 21 años de Castro Urdiales al que sus
padres habían echado de casa por miedo a su carácter agresivo y por
sus problemas por las drogas y que, unos pocos años atrás, había
sido expulsado del cuartel donde cumplía el servicio militar debido
a que padece un trastorno de la personalidad antisocial
peligroso.
En la tarde del 15 de septiembre del año pasado, propinó una
patada en la boca a un joven de 24 años que se cruzó con él en las
escaleras de una calle cercana a la catedral de Santander. El
agredido cayó al suelo inconsciente y él lo siguió golpeando
durante varios minutos, primero con sus manos contra los escalones
y, luego, con un tablón de una obra, hasta que intervino un policía
fuera de servicio.
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