Vecinos y comerciantes de la urbanización Siesta viven pendientes
de que en cualquier momento empiece a arder otro vehículo, como ha
ocurrido durante las madrugadas del domingo y del lunes en una
cadena que se ha saldado, por el momento, con cuatro descapotables
quemados intencionadamente, según todos los indicios. La madrugada
del martes fue tranquila, pero muchos creen que esto puede ser un
compás de espera si efectivamente se confirma la presencia de un
pirómano en la zona que tiene «fijación» por este tipo de
vehículos.
Esta es una de la teorías que ha barajado desde el principio la
investigación que lleva a cabo la Guardia Civil de Santa Eulària,
apoyada en este caso en aspectos técnicos por el Equipo de Policía
Judicial . Se conoce, sin embargo, que ésta no es la única
posibilidad, tal y como se desprende del testimonio recogido por
este periódico entre varios vecinos de Siesta, que creen, además,
que estos hechos pueden afectar a la imagen turística de «un lugar
tranquilo».
Las informaciones recopiladas hasta la fecha señalan que los
cuatro vehículos quemados eran propiedad de alemanes residentes.
Uno de los afectados ya perdió su vehículo hace ahora casi un año
de igual modo, al parecer un Wrangler -como otro de los coches
quemados días atrás- que también estaba estacionado en una de las
calles de Siesta. La persona o personas que han actuado contra los
vehículos sabían lo que hacían; al menos eso es lo que se deriva
del «modus operandi». Tres incendios seguidos en una espacio de dos
horas, iniciados cuando se sofocaba el anterior, se desarrollaron
en puntos muy cercanos entre sí. Uniéndolos se puede imaginar un
espacio circular urbano por donde se fue actuando, una zona
residencia con mayoritaria población germana. El día siguiente sólo
hubo un incendio, aunque, como la noche anterior, nadie oyó ni vio
nada hasta que comenzó el fuego. «Está claro que quien lo hizo
tenía un lugar seguro donde refugiarse», destacó un vecino que,
como otros muchos preguntados por este periódico, piensa que «esto
es un asunto de alemanes».
La Guardia Civil ya ha tomado, por su parte, medidas para
aumentar la seguridad en la urbanización. «Sí, ahora vendrán por
aquí. Pero hasta que no ocurre nada ni se ve guardias ni policías»,
lamenta un comerciante. «Nos han robado en ocho ocasiones y no se
ha resuelto ningún robo. Aquí no hay vigilancia», añaden desde una
cafetería.
Fuego fortuito en una gasolinera
La «racha» de incendios en coches parece no acabar. Dos vehículos
resultaron incendiados ayer por distintas circunstancias, uno de
ellos con extremo peligro al comenzar a arder dentro de la
gasolinera de Sant Josep. El otro caso fue el de una furgoneta
Mercedes Benz estacionada y, al parecer abandonada, frente a
Correos de Sant Antoni. Los bomberos tuvieron que intervenir.
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