«No soy un delincuente. Vosotros me habéis engañado». Así llegó ayer a los juzgados un belga que cumplirá tres años de cárcel después de que en la apertura de una discoteca de Platja d'en Bossa la policía le detuviera con 50 éxtasis. Aceptó cumplir esta pena -reduciendo en dos los cinco que se le pedían- no sin antes recriminar a los agentes el «modo» de su captura. Según la información recogida, Francesco di Lorenzo ofreció a un agente un éxtasis y luego cayó en una trampa después de que los policías le pidieran más tras ganarse su confianza. Por otro lado, Cristóbal A. Ibáñez Serrano cumplirá un año y seis meses tras ser sorprendido por la Guardia Civil en la Savina con 80 pastillas.