Los conductores que se vean implicados en accidentes de tráfico
mortales en Francia tendrán que someterse a distintas pruebas por
parte de las fuerzas de seguridad, a fin de detectar si han
consumido drogas o medicamentos que hayan podido incidir en el
suceso. Según un decreto publicado ayer en el país galo, desde el 1
de octubre próximo en estos casos se efectuarán análisis de orina
para determinar si se han tomado opiáceos, cannabis, anfetaminas o
cocaína.
En caso de que esta prueba, que se efectuará mediante un equipo
suministrado a la Policía y a la Gendarmería, dé un resultado
positivo, se someterá al conductor a un análisis de sangre en un
centro sanitario. El rechazo a someterse a estas pruebas puede
conllevar penas de hasta dos años de prisión y más de 4.500 euros
de multa (750.000 pesetas), como las ya previstas para los test de
alcoholemia. También se tomarán muestras de sangre de las personas
que hayan fallecido en un accidente de circulación para detectar un
eventual consumo de drogas o medicamentos con efectos negativos en
la conducción de vehículos.
De esta forma, se pretende evaluar los riesgos en la circulación
relacionados con el consumo de sustancias psicotrópicas. En
Francia, más de una persona sobre cinco indica que ha tomado
cannabis al menos una vez en la vida y un 10 por ciento de los
adultos se medica con fármacos que pueden interferir negativamente
a la hora de conducir.
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